Tenéis que alegraros de ser los elegidos del
Padre, porque la humanidad es su gran obra y en ella se regocija. Como hijos
suyos que sois, Él es complaciente con todos aquellos que le pidan y paciente
con aquellos que no quieren saber nada de Él, porque sabe que algún día
regresará el hijo prodigo y Él, lo recibirá con los brazos abiertos.
Alégrate de que tengas tu vida, porque Él
sabe de tu existencia y nunca te abandonará, solamente te da libertad para que
tu experimentes todo lo que quieras, ahora depende de ti decidir las puertas
que quieras abrir. Muchas veces pasa que no podéis conocer la puerta que tenéis
que abrir y una vez que estáis dentro, os dais cuenta que no es la correcta, y
es en ese momento cuando tenéis que decidir si seguir adelante o por el contrario volver para atrás
para abrir otra que os convenga más, esto es libertad de acción, y de saber
hacer las cosas bien.
Elegís cada uno de vosotros lo que queréis
hacer en cada una de vuestras vidas, por eso no tendríais que quejaros tanto
cuando estéis pasando por malos momentos, porque fuisteis vosotros mismos quien
así lo decidisteis antes de nacer.
Recordad hermanos que vosotros sois mucho más
de lo que veis cuando os reflejáis en el espejo, ya que sois como os he dicho
otras veces, chispas divinas en experimentación por lo tanto, dentro de cada
uno de vosotros tenéis la fuerza y el poder que el Padre os ha dado para poder
hacer todo lo que queráis. Ahora sois vosotros los que tenéis que decidir hasta
donde queréis llegar. Recordad que querer es poder.
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