domingo, 15 de abril de 2012

Mi vida: Un giro de ciento ochenta grados

Hasta los veintisiete años puedo decir que mi vida fue feliz, pero a partir de esa edad mi vida dio un giro de ciento ochenta grados,  pues empecé a salir con la persona con la que me tenía que casar después de dos años y medio de relación, y ahí empezó mi calvario. Era una persona muy celosa y con un carácter muy difícil, siendo mi matrimonio muy desgraciado.

A los cinco años de estar casada me quedé embarazada, algo que me llenó de alegría y pensé que las cosas podrían cambiar para bien, a él le gustaban mucho los niños. Desde el momento que se enteró que estaba embarazada le puso nombre al niño, porque tenía que ser un niño por narices. Un día se me ocurrió decirle que a lo mejor era una niña porque yo cada vez lo sentía con más fuerza que era una niña; pues después de enfadarse mucho estuvo tres días casi sin hablarme, así que cada vez que se hablaba del bebé, lo hacíamos como si fuera un niño. Entonces no se hacían ecografías a no ser que tuvieras algún problema en el embarazo, pero gracias a Dios, fueron los nueve meses más felices de mi vida, ya que tenía algo mío en que aferrarme, tuve un embarazo muy bueno, y él estaba contento con su niño, se portaba bien conmigo.

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