Todos los días estáis aprendiendo algo aunque
a veces no os deis cuenta de ello. En ocasiones son cosas insignificantes, como
por ejemplo pedir un favor. Si la persona que lo pide no es muy dada a comunicarse
con los demás, el simple hecho de pedir ese favor por pequeño que sea, ya está
aprendiendo a comunicarse con los demás y a la vez, está aprendiendo a ser
solidario porque su espíritu sabe que tiene un compromiso con esa persona de
devolverle el favor si la ocasión lo requiere. Y si por circunstancias de la
vida esa persona no la vuelves a ver más, no tendrás que devolverle el favor,
pero de todas maneras habrás aprendido a ser más comunicativo, más solidario y
a comprometerte más con los demás ganando amigos, es una manera de reconoceros
en espíritu.
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