Muchas veces vais pensando en todo lo que tenéis que hacer sin percataros
de todo lo que os rodea, como por ejemplo, la sonrisa de un niño ¿quién se
puede resistir a la sonrisa de un niño? Yo creo que nadie, ¿sabéis porqué?
Porque es la inocencia pura y eso nadie lo puede mancillar.
El día que sale el Sol también tiene su
encanto, porque despierta los cinco sentidos con sus rayos luminosos invitando
a que estéis más positivos y más alegres, porque vuestro espíritu reconoce la
energía que hay en él, y se abastece de esa energía divina igual que vuestro
cuerpo recoge las vitaminas que necesita.
El Sol sale por las mañanas majestuoso para
toda la humanidad y para todo el planeta Tierra sin discriminar absolutamente a
nadie, pues él sabe que no tiene que juzgar a nadie, sino que su trabajo
consiste en dar ¿os podéis imaginar el planeta Tierra sin sol? ¡qué tristeza!
Los países que tienen pocos días al año de Sol lo echan a faltar mucho, por eso
cuando tienen ocasión viajan a los países afortunados que tienen Sol casi todos
los días para poder disfrutar del sol y de su gente, porque donde hay sol casi
todos los días, la gente es más alegre y más abierta a los demás.
El Sol es maravillo hasta cuando se pone.
Aquellas personas que han visto una puesta de sol, si han sabido concentrarse
con ello, estoy seguro que han tenido una experiencia sublime, porque su
espíritu ha sabido conectar con el núcleo o centro del sol, que es la
manifestación del Dios Padre Todo Poderoso.
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