¿Para qué vais pensando que podéis alegraros
del mal de los demás? Quien así piense, qué iluso llega a ser, pues no se da
cuenta de que algún día también le llegará a él pero multiplicado por no haber
ayudado a esa persona en esa circunstancia, aunque solo hubiese sido con unas
palabras de consuelo porque ese es vuestro cometido, ayudaros los unos a los
otros, quien así no lo haga, tendrá que pagar por ello, pues no está bien
alegrase del mal de tú prójimo porque el tuyo puede venir de camino.
Reflexionad sobre estas palabras para que no
cometáis este lamentable error.
Quien quiera que piense que él es más que los
demás, qué equivocado está porque al pensar así estará pensando a través de su
ego y toda persona que piensa a través de su ego poco puede evolucionar, pues
lo único que hace es aprisionar a su espíritu impidiendo así su evolución.
Pensad hermanos que un día de sufrimiento
aquí en la Tierra puede equivaler a cincuenta años de felicidad en el cielo,
como vosotros lo llamáis, porque cuando aprendáis a reconoceros y estéis
completamente depurados, el Padre os dará la eternidad y de esto yo doy fe de
ello.
Muchas veces no estáis haciendo las cosas que
tenéis que hacer como es debido porque escucháis a vuestro ego en vez de a
vuestro espíritu, que es el que sabe todas las cosas. Si le hicieseis más caso
os puedo asegurar que todo os saldría mucho mejor, pero para poder escuchar a
vuestro espíritu tenéis que estar más tranquilos y relajados pues de lo
contrario, sus consejos pasarán inadvertidos.
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