El juego os hace sentir el niño que todos
lleváis dentro. Cuando sois pequeños aprendéis mucho cuando jugáis, en primer
lugar aprendéis a comunicaros los unos con los otros y a sacar la personalidad
que cada uno trae consigo si no os desviáis del camino. Después cuando sois
grandes es bueno seguir jugando con vuestros hijos, sobrinos o amigos, ya que
es el mejor regalo que le podéis dar, porque para un niño el que un adulto
juegue con él, significa sentirse protegido y adquirir sabiduría, porque los
niños vienen con muchas preguntas que quieren que sean respondidas, y es un
deber de los adultos el contestárselas de manera sencilla para que ellos lo
puedan entender. Si así lo hacéis, los niños crecerán sin traumas y no les
costará llegar a adultos. Tenéis que recordar que los niños de hoy serán los
hombres del mañana, o sea el futuro, y dependiendo de la enseñanza que hayan
recibido así gobernarán, y según el trato que les hayáis dado, así responderán.
Si les habéis dado cariño, cariño recibiréis, pero si solo habéis alimentado su
materia pero no a su espíritu, lo más probable es que recibiréis frialdad
porque donde no hay, no se puede sacar. Pensad detenidamente en esto porque es
de gran importancia para todos.
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