Ahora también quiero deciros que los errores
que cometáis, tendréis que transmutarlos y eso solo se consigue a través del
sufrimiento, es algo así como cuando ponéis una lavadora: primero hace el
prelavado, después el lavado, seguidamente los aclaraos y para terminar el
centrifugado. Como veis es un proceso un poco largo pero necesario para que la
ropa quede completamente limpia. La comparación es que el sufrimiento hace de
lavadora donde se transmuta y se disuelve todos los errores cometidos, dejando
a vuestro espíritu completamente limpio, brillante, iluminado, y entonces será
el momento de recordar quien realmente sois.
No hay comentarios:
Publicar un comentario