¿Sabías que la energía es tan importante como
la sangre que recorre tu cuerpo? Es por eso que sabiendo que un simple
pensamiento está hecho de energía, lo hacéis a través de la energía.
Si tú eres una persona positiva siempre
tendrás pensamientos positivos, y como los pensamientos están hechos de energía
positiva, esta misma energía te creará una aureola alrededor tuyo que te
protegerá de la discordia que pueda haber cerca de ti.
En cambio la persona que es negativa le pasa
todo lo contrario, pues en vez de crearse una aureola para protegerse se está
creando una telaraña de la cual, como no pida ayuda, no podrá salir. Por lo
tanto, tener mucho cuidado con la energía negativa porque es muy poderosa y
puede hacer mucho mal.
La persona que tiene por costumbre hacer daño
a los demás a través de rituales negativos, quiero que sepáis que en cuanto esa
energía negativa le llegue a la persona que se lo habéis enviado y empiece a
luchar, la energía negativa se volverá un bumerán que retornará a la persona
que la ha enviado, recogiendo todo el mal que había enviado, porque todas las
cosas que se crean necesitan un sito donde posarse, así que mucho cuidado con
lo que deseáis a los demás porque siempre os repercutirá, sea bueno o sea malo.
Si es bueno lo que estáis enviando a los
demás, siempre encontraréis paz interior de haber hecho las cosas bien y el
agradecimiento de la persona que se lo habéis enviado, siguiendo así las leyes
divinas, pero en cambio, si por el contrario estáis actuando a través del mal,
el daño que habéis hecho a esa persona algún día tendréis que pasarlo vosotros,
pues es la única manera que se podrá transmutar y disolver dicha mala energía,
para que se pueda así borrar esa mala acción y a la vez, poder comprender que
no es eso lo que el Padre espera de vosotros, pues lo único que él desea es que
tengáis unión, comprensión y entendimiento para que podáis hacer el camino
juntos, el camino de la evolución.
Hacedme caso hermanos porque esta es la
verdad y cualquier momento es bueno para volver al camino recto, pidiendo
perdón al Padre. Si lo hacéis de corazón, él como buen Padre que es, os
perdonará, no os quepa la menor duda, porque os quiere mucho y siempre quiere
lo mejor para sus hijos.