Una fuente es para saciar la sed del cuerpo,
y lo mismo que el cuerpo necesita del agua para subsistir, el espíritu necesita
ser alimentado por la luz, que se consigue a través de las buenas obras realizadas
a lo largo de vuestro camino, consiguiendo así la elevación espiritual que
todos habéis venido a conseguir. Es por eso que tenéis que esforzaros en
alimentar vuestro espíritu, porque cuanta más energía positiva acumuléis más
conocimiento espiritual iréis recibiendo, pudiendo así comprender quien sois y
de vuestra misión aquí en la Tierra.
Mientras estéis pensando con los pensamientos
terrenales, es imposible que vuestro espíritu pueda ser reconocido, ya que al
pensar a nivel de material, lo que hacéis es tapar la luz del espíritu. Es algo
comparable a un día nublado que no deja salir el sol, lo cual no quiere decir
que el sol no siga brillando detrás de las nubes. Igual pasa con vuestro
espíritu, aunque lo tapéis con vuestras creaciones negativas, el sigue
esperando la oportunidad de que algún día os acordéis de él y le dejéis brillar
como el sol, en todo su esplendor, pudiendo sentir como vuestro corazón se
inflama de amor y vislumbrando la felicidad que tanto deseáis. Es necesario que
hagáis un esfuerzo para conseguir que así sea porque de este esfuerzo depende
vuestra evolución o reconocimiento.
La semilla cuando se planta hay que regarla
si quieres que crezca, y no solo cuando se planta, sino todos los días si
quieres que te den buenos frutos o bonitas flores. Lo mismo pasa con vosotros,
mis queridos hermanos del planeta Tierra, ya que sois semillas salidas del gran
sol central o la chispa divina salida del corazón del Padre Dios Todo Poderos,
así es benditos y ayudados seáis por siempre.
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