La tomatera tiene la sabiduría de saber el
procedimiento que tiene que seguir desde el mismo instante en que es sembrada
porque en la semilla está el patrón de
la sabiduría que necesita para su desarrollo, creciendo sin dificultad, sin
necesidad de muchos cuidados y dando el fruto deseado para alimentar a la
humanidad.
Como es una planta no tiene libre albedrío y
su misión consiste en crecer y dar el producto deseado, dando su vida a cambio
de nada. Sería bueno que cuando os pongáis a comer dierais una bendición a los
alimentos que haya en vuestra mesa para agradecer así su sacrificio.
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